El día de San Juan los humos de la hoguera cegaban los ojos del concejal más trabajador de nuestro Ayuntamiento, el de Festejos y Enseñanza, pero el bueno de Alarico siempre se tropieza conmigo, en los actos públicos, en Centros Públicos, mientras las localidades están reservada para quienes ausentes están disfrutando el Rusia –España, como ocurrió el pasado día 12 de junio del actual.

Ahora resulta que, una asociación entrega premios en un certamen literario, sin plica, sin identificar al autor/a, y es que al parecer dichas plicas se encontraban en una sede municipal, ¿y que hacen las plicas en una dependencia oficial municipal? Se quedó atónito el jurado…

En dicho acto, se recitan unos romancillos míos de “Los Hermanos Rejón” y cual es el asombro de los asistentes que, tras una esplendida puesta en escena, y mejor interpretación, -ya que el poemario no fue recitado, fue interpretado- y por si fuera poco éstas buenas mujeres, prepararon y hasta compraron vestidos de época, con alguna noche de desvelo y ganchillo, interpretaron de forma profesional con sus gestos y expresiones, hicieron que mi poesía mediocre, se elevara a una calidad que no merece su autor.

Pero Sr. Alarico, como se trataba de un acto de fiesta, es decir de Festejos, resulta que, tratando mi poemario de los sucesos acaecidos entre el 2 y el 5 de mayo de 1.808 en la provincia de Madrid, lo único que ondeaba al viento suspirante de los espectadores o del aire acondicionado era el estandarte o banderín de Castilla La Mancha.
Mire Sr. Alarico, no existe normativa de banderas en escenarios teatrales, ni legislación democrática o dictatorial sobre este asunto, y es por ello, que, de poner alguna bandera, póngase las de las 17 Comunidades o Nacionalidades Autónomas, añadiendo las 2 ciudades autonómicas de Ceuta y Melilla, y tratándose del Madrid del 2 de mayo, póngase las de Madrid, Leganés y la del Distrito de Carabanchel. – Barrio del autor-

Mi poesía no tiene nada que ver con el día de “Las Aguedas” que ustedes celebran con banderas y bastón de mando de alcaldesa por un día de una de las dos Castillas, mi poesía es otra cosa, y es que, Sr. Alarico usted y yo, siempre nos estrellamos en cuanto hago o asisto en actos públicos para la ciudadanía en general
Usted y yo, en este desierto cultural y festivalero de Leganés o me niegan la entrada a lo público de la UPL, o creen que al hacer una entrevista en el Egaleo, o que soy tan sospechosos que creen que voy a hurtar medio teatro, y de este modo terminaremos como, Jesús el Nazareno en este desierto enfrentados como aquél hijo de Dios y el diablo.

Pida disculpas su Delegación a los ciudadanos que no acceden a los teatros municipales sin estar completo el aforo y yo dejare de escribir de cristianos y de moros:

¡POBRES HUEVOS, HUEVECITOS!

Concejal que más trabajas
¿por qué tropiezas conmigo?
si tú siembras de tachuelas
mis culturales caminos,
yo, cual poeta social
pondré en los tuyos espinos
antes de irme de aquí
porque soy carne de exilio.

No soporto cacicadas
cuando hay butacas, sitio
en los teatros del pueblo
que administras y son míos.

Si aquí no cogemos todos,
no con letras, serán gritos…
¡No me obliguéis a gritar,
no me obliguéis Alarico,
que en la prensa nacional
que con otro nombre escribo
puedo mover los nogales
para ver nidos caídos,
donde anida Izquierda Unida
y está tan débil su nido…
Y una pluma en punta fina…
¡pobres huevos, pobrecillos!

Leganés, 25 de junio de 2008

JOSMAN