Destinada a limitar el déficit estructural anual al 0,5% del PIB. Esto, que dicho así suena muy raro, significa, ni más ni menos, que habrá más recortes en Educación y Sanidad, más miseria para los dependientes y para los inmigrantes, más ruina para los funcionarios, más problemas para los pensionistas y más nubes negras sobre las crestas de los parados que, a día de hoy, todavía cobran la prestación por desempleo.