Cuando veo la brutalidad del Capital, de la banca, los desalientos de los mercados, los dimes y diretes del Gobierno y de la oposición parlamentaria, a veces, me siento, no derrotado, pero si cansado, y como la liebre salgo despistado y ciego porque no se si a mi me alcanzará también el perro lebrel o la escopeta del gran capital, España no sufre neumonía como Grecia, pero estamos resfriados y debemos de encamarnos, y metafóricamente apretarnos el cinturón, y como decían las abuelas, leche, miel y aspirina. Y que pase lo antes posible.
No podemos hacer más, salvo la revolución, pero yo la tengo prohibida, sólo me dejan cantar, escribir mejor o peor, y llorar, porque a los poetas amateur, siempre quedan lágrimas.
Economía, los mercados,
la bolsa, la brutal
especulación que nos invade
toda la superficie patria.
Somos marionetas,
pendemos de unos hilos,
y como manifestó José Infante,
son más fuertes y duraderos
que los ideales de las más
sólidas utopías.
Vivimos a sobresaltos,
a suspiros a cada paso,
vivimos con la angustia
convertida en sombra.
Los gobiernos buscan
fórmulas, y el laboratorio
aspirinil es insuficiente.
Ingresos y gastos
rompen la balanza.
La banca juega y desjuega,
su crédito, desacreditado...
bebieron de la teta del poder
y apenas sueltan gotas lácteas.
El pueblo se adormece
en su angustia desorientada,
como una liebre en la puerta
de su madriguera, observamos
con miedo el nuevo paso,
y eso, nos ciega ante el perro...
y aún peor, de la escopeta...
Leganés, 7 de mayo de 2010
José Manuel García García (JOSMAN)