Es lamentable que el programa electoral del PP local –que pretende gobernar la ciudad- sea superficial en todas las áreas de gobierno. Es evidente que con ello no se compromete ante la ciudadanía para que ésta le exija su cumplimiento. Es un programa de generalidades sin concreción que en algunos casos mezcla temas que nada tienen en común –mezcla instalaciones deportivas con centros de mayores o la pantalla informativa con el acceso peatonal al cementerio-. Es un programa electoral vacío de contenido que no tiene como objetivo un modelo de ciudad, que no marca unas líneas estratégicas que difieran de las políticas que se han venido desarrollando en los últimos años por partidos del otro espectro político.

Es más de lo mismo, pero en este caso contemplado desde la óptica de la gaviota que es un punto de vista que incide más en políticas populistas que llegan a la ciudadanía pero que en el fondo son más simples que una tiza, aunque llevan su calado ideológico que tratan de esconder utilizando adecuadamente el lenguaje escrito y el oral con mensajes que quieren oír sus electores y cargado de medias verdades para un electorado indeciso.

El programa electoral del señor del dedo en el balcón del Ayuntamiento no genera ciudad. No tiene un proyecto de ciudad con propuestas novedosas que generen ilusión en el conjunto de su electorado, porque estos votan a ciegas. Es un programa para cualquier municipio de España, pero no para una gran ciudad. Por tanto, en la primera ocasión que ha tenido el candidato local del PP para mostrar su valía como político y referente de la caverna política en Leganés, ha defraudado. Esperábamos un programa electoral de grandes proyectos que cambiaran la ciudad y han confeccionado un programa para un municipio de pueblo.

Es evidente que con esas alforjas políticas no merece la pena que este paracaidista gobierne la ciudad los próximos cuatro años.

Por otro lado, hay que resaltar que los votantes ‘populares’ ubican al PP en la extrema derecha según la última encuesta de Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La encuesta del CIS, preguntó a los ciudadanos en qué posición colocarían a los partidos en una escala del 1 al 10, de izquierda a derecha y la mayoría ubicó al Partido Popular en el 7,70 es decir, en la extrema derecha, por eso España es el único país de Europa que no tiene extrema derecha. Esa derecha extrema está en el PP.

Con los resultados del último CIS no es de extrañar que el 90% de la extrema derecha vote al PP, según desveló el diario Público, en una encuesta en octubre de 2010.